A los 85 años, el padre de Angelina Jolie confirma los rumores: una mirada a la compleja relación entre Jon Voight y Angelina Jolie
En el mundo de Hollywood, pocas relaciones han sido tan escrutadas como la de la actriz Angelina Jolie y su padre, el actor Jon Voight. Voight, una figura destacada en la industria cinematográfica desde la década de 1960, a menudo se ha encontrado en desacuerdo con su hija. La relación tumultuosa de Jolie con su padre se remonta a su infancia, un período marcado por la ausencia de Voight y las secuelas emocionales que eso dejó en Jolie.
Voight y la madre de Jolie, Marcheline Bertrand, se separaron en 1976, cuando Angelina tenía menos de un año. Tras la separación, Bertrand dejó de lado sus propias aspiraciones de actuación para concentrarse en la crianza de Angelina y su hermano, James Haven. La devoción de Bertrand se convirtió en una influencia formativa para Jolie, y el vínculo entre madre e hija creció de forma extraordinaria. El rol de Bertrand como madre soltera dejó una profunda huella en Jolie, influyendo en su estilo de crianza y en sus valores.
Desde joven, Angelina mostró interés en la actuación, pero no veía a su padre como fuente de inspiración. En cambio, su pasión fue despertada por los momentos que compartía viendo películas con su madre. Aunque Voight tenía una carrera próspera, sus interacciones limitadas dejaron a Angelina sintiéndose aislada de él. Sin embargo, apareció junto a Voight en la película Lookin’ to Get Out de 1982, marcando una de sus primeras experiencias en pantalla. A medida que crecía, la distancia entre ella y su padre persistía, y Jolie comenzó a hablar abiertamente sobre el vacío que sentía debido a su ausencia.
La adolescencia de Angelina fue particularmente difícil. Luchando con un gran conflicto emocional, recurrió a la autolesión como una forma de liberación y luego compartió en entrevistas estos momentos oscuros. Explicó que el dolor físico se convirtió en una manera de sobrellevar las emociones abrumadoras que no podía expresar. Este período también incluyó insomnio, trastornos alimenticios y experimentación con drogas. En un momento, llegó a considerar poner fin a su vida. Estas luchas, aunque dolorosas, se transformaron eventualmente en su resiliencia y han sido una muestra de su fuerza y determinación.
Durante sus veintes, Jolie vivió otra etapa de autodescubrimiento, que incluyó su relación con la modelo y actriz Jenny Shimizu. Mientras filmaba Foxfire en 1996, Jolie conoció a Shimizu y más tarde admitió que se sintió atraída instantáneamente por ella. La relación duró varios años y, en 1997, Jolie expresó abiertamente que se habría casado con Shimizu si no hubiera estado ya casada. Su franqueza sobre su sexualidad y su relación con Shimizu desafiaron las expectativas tradicionales, convirtiéndola en una de las pocas estrellas de Hollywood en hablar abiertamente de relaciones del mismo sexo en esa época.
En el año 2000, el vínculo entre Jolie y su hermano James fue protagonista cuando los dos compartieron un beso en los Golden Globe Awards, lo que generó especulaciones en los medios. Jolie aclaró que fue una simple muestra de amor fraternal, aunque el incidente resaltó cómo su vida estaba bajo constante observación pública. Sin embargo, la atención mediática no la disuadió. Continuó viviendo con audacia, estableciendo sus propios estándares para expresar el amor y lealtad hacia su familia.
En 2002, Jolie dio un paso significativo para distanciarse de su padre al solicitar eliminar legalmente “Voight” de su nombre. Aunque ya usaba “Angelina Jolie” profesionalmente, esta decisión simbolizaba su deseo de forjar una identidad separada de su padre. Ese mismo año, su relación se deterioró aún más cuando Voight comentó públicamente sobre la salud mental de Jolie, afirmando que tenía “problemas mentales graves”. Dolida por esta revelación pública, Jolie y su familia, incluida su madre y hermano, cortaron todo contacto con Voight por más de seis años. Un momento decisivo llegó en 2007 cuando Marcheline Bertrand falleció a causa de cáncer de ovarios. Jolie, devastada por la muerte de su madre, comenzó a reconsiderar la importancia de la familia. La pérdida de Bertrand marcó un punto de inflexión en la vida de Jolie, llevándola a reflexionar sobre su propia salud y futuro. Como medida preventiva, Jolie se sometió posteriormente a una doble mastectomía y a una cirugía para remover sus ovarios y trompas de Falopio. Estas decisiones fueron influenciadas por su deseo de proteger a sus hijos de experimentar una pérdida similar a la que ella enfrentó con su madre.
La muerte de su madre también suavizó la perspectiva de Jolie hacia su padre. Al reconectar con Voight, Jolie abrió un nuevo capítulo en su relación, uno que era aún cauteloso pero basado en una comprensión mutua. El papel de Voight como abuelo de los hijos de Jolie se convirtió en un puente que ayudó a sanar algunas de sus heridas del pasado. Sin embargo, Jolie dejó claro que estableció límites estrictos, evitando hablar de conflictos pasados para centrarse en construir una relación más sana.\
A pesar de esta reconciliación, la vida personal de Jolie siguió siendo tema de titulares, especialmente con su sonado divorcio del actor Brad Pitt. Voight, quien expresó públicamente su preocupación por sus nietos durante el proceso de divorcio, instó tanto a Jolie como a Pitt a encontrar la paz por el bienestar de los niños. A los 85 años, la perspectiva de Voight ha cambiado de la de un padre ausente a la de un abuelo preocupado, con la esperanza de brindar estabilidad a sus nietos.
Los comentarios recientes de Voight, junto con su presencia renovada en la vida de Jolie, reflejan su deseo de dejar un legado de reconciliación. Aunque las heridas del pasado pueden no estar completamente sanadas, tanto Jolie como Voight han encontrado maneras de coexistir pacíficamente, enfocándose en el amor compartido por los hijos de Jolie. Las declaraciones de Voight sugieren un sentido de responsabilidad y un reconocimiento del impacto que su ausencia tuvo en su hija.
Hoy en día, Jolie sigue definiendo su propio camino, equilibrando sus roles como actriz, humanitaria y madre. Ha construido una vida centrada en la resiliencia y la compasión, cualidades inculcadas por su madre. Mientras tanto, Voight, a los 85 años, parece satisfecho de apoyar a su hija y nietos en la medida de lo posible, con la esperanza de que su presencia tardía brinde a Jolie y su familia algo de estabilidad.
Esta transición de distanciamiento a reconciliación ilustra la complejidad de los lazos familiares, mostrando cómo incluso las relaciones más difíciles pueden evolucionar con el tiempo, la comprensión y un propósito compartido.